85 AÑOS DE ÉXITO: ŠKODA EN EL RALLY DE MONTECARLO
ŠKODA AUTO celebra un aniversario especial este año: hace 120 años, el fabricante checo empezó su exitosa andadura por el mundo de los deportes de motor, que ha incluido numerosas victorias en el famoso Rally de Montecarlo a lo largo de este largo período. Los vehículos Laurin & Klement participaron en la segunda edición del clásico rally en 1912, y en 1936 un modelo con la flecha alada estuvo por primera vez en la línea de salida de la legendaria competición – el roadster POPULAR SPORT acabó en segundo lugar en la categoría de menos de 1.5 litros. Tras la Segunda Guerra Mundial los vehículos ŠKODA se ganaron inicialmente su reputación en la categoría de menos de 1.300 cm³, como demostró el hat-trick del OCTAVIA entre 1961 y 1963. En los años 90, el FAVORIT 136 L continuó la historia de éxito en Montecarlo con cuatro victorias consecutivas, acabando en primera posición de 1991 a 1994. El FABIA con tracción total ha sido la sensación de los tramos especiales de los Alpes Marítimos situados encima de Mónaco desde principios de esta década. Y, en 2018, el modelo R5 con motor turbo alcanzó en el Monte la victoria en la categoría WRC2.
El Rally de Montecarlo es una de las citas del motor de competición más establecidas, conocidas y exigentes del mundo. Desde 1911, ha retado continuamente a pilotos, copilotos y equipos durante el mes de enero, con condiciones meteorológicas y de carretera adversas en la región montañosa situada encima del principado. Con su lugar fijo en el calendario anual del motor de competición, marca tradicionalmente el inicio, y uno de los momentos cumbre, del Campeonato Mundial de Rally, que se celebró por primera vez en 1973.
El fabricante de Mladá Boleslav, cuya exitosa implicación en los deportes de motor se remonta a 1901, estuvo representado en la segunda edición de la carrera: el 21 de enero de 1912, el Conde Alexander “Sascha” Kolowrat-Krakowskýsalió al volante de un vehículo Laurin & Klement y condujo de Viena a Montecarlo. En esa época, Viena era uno de los puntos de salida de la carrera, que más adelante se organizaría como rally. Kolowrat-Krakowský recorrió una distancia de 1.319 kilómetros a temperaturas de hasta -18 grados Celsius, y tuvo que pasar por numerosos checkpoints. En Montecarlo, el organizador otorgaba puntos adicionales por la elegancia y confort del automóvil, así como por su estado técnico. Además, los conductores tenían que demostrar sus habilidades de conducción en una prueba de destreza.